miércoles, junio 27, 2012

Poema para formar un río

Con la saliva que gastan mis enemigos
para injuriarme
construyo un río
en el que navego por las noches
con sus novias o sus hermanas.

Con las piedras que me lanzan
construyo la casa
en la que vivo como un rey.
Si las pedradas siguen
haré un condominio, lo venderé y seré rico
mientras ellos ejercen su derecho
a patalear de envidia.

Con las balas que me disparan
construyo un árbol de pólvora:
al encenderlo se forma la vía láctea.

Con las palabras que me arrojan
escribo mis libros;
si se dan cuenta
que en vez de enemigos
son mis mejores publicistas
exigirán regalías.

Agotado su almacén
de palabras, balas, piedras
me declaran poeta nacional.

Yo vivo
escribiendo poemas en servilletas
de chulo por las calles
de una ciudad que ni siquiera es mía.

Cuando mueran
sentiré que algo me falta.


Margarito Cuéllar, Tan lejos de Dios. Poesía mexicana en la frontera norte, de Varios Autores. Edición de Uberto Stabile