martes, febrero 22, 2011

Una muerte muy dulce, de Simone de Beauvoir


Para mí, mi madre había existido siempre y nunca había pensado seriamente que algún día la vería desaparecer. Su fin se situaba, como su nacimiento, en un tiempo mítico. Cuando yo me decía: tiene edad de morir, eran palabras vacías, como tantas otras. Por primera vez percibía en ella un cadáver en ciernes.


[Traducción de María Elena Martín]