Pero sólo lo he sabido ahora, al volver del viaje y empezar a releer Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer, el fabuloso texto de David Foster Wallace. El Zenith pertenecía a Celebrity Cruises y en él hizo un crucero el escritor en el 95 y el barco cambió de propietarios en 2007. Y es el mismo en el que hemos estado viajando a mediados de julio. De arriba abajo: el barco atracado en Grecia; un servidor, junto a la copia del cuadro que aparece de portada en Los detectives salvajes, en uno de los pisos del Zenith; una vista del crepúsculo; y apoyado en la barandilla de una cubierta, en las costas de Croacia. La historia del Zenith, por si alguien no me cree, aparece aquí. Sobre todo ello he empezado a escribir.
Hace 12 horas