Este es el tercer libro (en solitario) que publico este año. Es el cuarto, si contamos la antología de canallas. Creo que aquí se cierra una etapa: una etapa con tres libros en los que hablo mucho de la memoria y de la familia, del pasado en general. A partir de ahora trataré de escoger otros rumbos, al menos durante un tiempo: de hecho ya lo estoy haciendo.
Comprobaréis que, en todos estos libros (No hay camino al paraíso, Recuerdos de un cine de barrio, Un nudo en la garganta. Quince cuentos canallas y Para esas noches de insomnio), aparece siempre el nombre de mi brother David González. No es para menos. Es la persona que más ha hecho por mí en la literatura y una de las que más ha hecho por mí en la amistad. En el primer caso, nos escribió el prólogo a Javier Das y a mí, y siempre nos brindó sus consejos y su apoyo; en el segundo caso, gracias a él, con el tiempo, conocí a Vicente Muñoz Álvarez, gracias a quien conocí a Miguel Ángel Martín, autor de la ilustración de portada; en el tercer caso, porque Marcelo Luján nos reclutó para su lista de canallas, junto a otro viejo colega, Carlos Salem; en el cuarto caso, porque este nuevo libro existe sólo gracias a D.G., y es lo que quiero explicar en el siguiente párrafo.
Para su proyecto literario de la Colección Zigurat del Ateneo Obrero de Gijón, David me pidió una selección de textos. Su idea era mezclar muchos artículos, unos pocos cuentos y algún poema. Quería que en la mayoría se reflejara la experiencia, lo cual, por ejemplo, descartaba de golpe los artículos en los que me he limitado a analizar una novela o una película o a opinar de política. No fue fácil escarbar en mis archivos. Finalmente, encontré ciertos hilos conductores. Muchos de esos artículos pertenecen a mis primeros tiempos en el periódico, por lo que ni siquiera están recogidos en la red: ni en este blog ni en la hemeroteca digital. Estas columnas escogidas son, para mí, muy personales, sobre temas que no he olvidado. De los tres cuentos que elegí, sólo uno de ellos se había publicado antes: en un par de revistas; creo que lo leyeron uno o dos amigos. Esos relatos mantienen conexiones con otros tantos artículos. Un ejemplo: en una columna sobre el Día de la Madre hablé de la muerte de mi abuela, hecho que también aparece recogido en uno de esos cuentos, pero esta vez convertido en ficción (aunque casi todo lo que narro en ese texto ocurrió de verdad). De manera que puede comprobarse el doble tratamiento que le doy a ciertos temas.
En este libro cohabitan ciudades, paisajes, personas y animales que me son muy queridos y, aunque parezca una mera recopilación de textos, lo cierto es que hay un sentido, que el libro traza una ruta: El Marqués, mi perro Trinitario, la berrea en Sanabria, las escaramuzas de Lavapiés, las navidades zamoranas, las estaciones de servicio de la carretera, el funeral de mi abuela, mi rutina en los años previos a marcharme a Madrid, los hoteles, el silencio a la orilla del Lago, Las Llamas y el Rabiche, Arenas de San Pedro, mis noches de insomnio…
Quien quiera hacerse con un ejemplar, que me lo pida por e-mail (thekankel@hotmail.com) y ya acordaremos si lo gestiono por correo contra reembolso o se lo paso en persona. Su precio, según dicen en el Ateneo, es de 8 euros. A eso le sumaremos los gastos de envío. No será fácil encontrarlo en las librerías. Espero que os guste o, cuando menos, os transmita ciertas sensaciones. Aprovecho para desearos un año favorable.
Comprobaréis que, en todos estos libros (No hay camino al paraíso, Recuerdos de un cine de barrio, Un nudo en la garganta. Quince cuentos canallas y Para esas noches de insomnio), aparece siempre el nombre de mi brother David González. No es para menos. Es la persona que más ha hecho por mí en la literatura y una de las que más ha hecho por mí en la amistad. En el primer caso, nos escribió el prólogo a Javier Das y a mí, y siempre nos brindó sus consejos y su apoyo; en el segundo caso, gracias a él, con el tiempo, conocí a Vicente Muñoz Álvarez, gracias a quien conocí a Miguel Ángel Martín, autor de la ilustración de portada; en el tercer caso, porque Marcelo Luján nos reclutó para su lista de canallas, junto a otro viejo colega, Carlos Salem; en el cuarto caso, porque este nuevo libro existe sólo gracias a D.G., y es lo que quiero explicar en el siguiente párrafo.
Para su proyecto literario de la Colección Zigurat del Ateneo Obrero de Gijón, David me pidió una selección de textos. Su idea era mezclar muchos artículos, unos pocos cuentos y algún poema. Quería que en la mayoría se reflejara la experiencia, lo cual, por ejemplo, descartaba de golpe los artículos en los que me he limitado a analizar una novela o una película o a opinar de política. No fue fácil escarbar en mis archivos. Finalmente, encontré ciertos hilos conductores. Muchos de esos artículos pertenecen a mis primeros tiempos en el periódico, por lo que ni siquiera están recogidos en la red: ni en este blog ni en la hemeroteca digital. Estas columnas escogidas son, para mí, muy personales, sobre temas que no he olvidado. De los tres cuentos que elegí, sólo uno de ellos se había publicado antes: en un par de revistas; creo que lo leyeron uno o dos amigos. Esos relatos mantienen conexiones con otros tantos artículos. Un ejemplo: en una columna sobre el Día de la Madre hablé de la muerte de mi abuela, hecho que también aparece recogido en uno de esos cuentos, pero esta vez convertido en ficción (aunque casi todo lo que narro en ese texto ocurrió de verdad). De manera que puede comprobarse el doble tratamiento que le doy a ciertos temas.
En este libro cohabitan ciudades, paisajes, personas y animales que me son muy queridos y, aunque parezca una mera recopilación de textos, lo cierto es que hay un sentido, que el libro traza una ruta: El Marqués, mi perro Trinitario, la berrea en Sanabria, las escaramuzas de Lavapiés, las navidades zamoranas, las estaciones de servicio de la carretera, el funeral de mi abuela, mi rutina en los años previos a marcharme a Madrid, los hoteles, el silencio a la orilla del Lago, Las Llamas y el Rabiche, Arenas de San Pedro, mis noches de insomnio…
Quien quiera hacerse con un ejemplar, que me lo pida por e-mail (thekankel@hotmail.com) y ya acordaremos si lo gestiono por correo contra reembolso o se lo paso en persona. Su precio, según dicen en el Ateneo, es de 8 euros. A eso le sumaremos los gastos de envío. No será fácil encontrarlo en las librerías. Espero que os guste o, cuando menos, os transmita ciertas sensaciones. Aprovecho para desearos un año favorable.