martes, septiembre 29, 2009

The Complete Poetic Works of Michael Madsen. Vol. I: 1995-2005


Fue David González quien me descubrió que Michael Madsen, además de actor, es poeta. Y un gran poeta, a mi entender. Tiene algunos premios y varios libros publicados. En cuanto lo supe, busqué por internet su obra completa, recopilada por el momento en este primer volumen. Fue hace casi un año y encontré ejemplares saldados en una librería de Miami. Este libro me costó 74 céntimos, quizá la mejor inversión de mi vida. El coste total, con gastos de envío, salió por unos 10 euros. He estado leyéndolo en inglés desde entonces. Ya no se pueden conseguir ejemplares, o ya no están tan baratos.
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Cada libro de Madsen está cuidado al milímetro. Incluye fotografías de él: rodando, con sus hijos, con su mujer, con su perro, disfrazado de algunos de sus personajes. Y prólogos de colegas cineastas: Dennis Hopper, Quentin Tarantino, David Carradine. Y las copias de algunos poemas tal y como fueron escritos a mano en hojas de hotel o en páginas de cuaderno. Porque Michael Madsen es, fundamentalmente, un poeta de la carretera. Como Jack Kerouac, una de sus influencias más evidentes. A Madsen también le han influido Sam Shepard, Jack London y Charles Bukowski, entre otros. Dado que es un actor, está viajando continuamente, y durante las esperas de los rodajes se dedica a escribir poemas: sobre la soledad, sobre sus ídolos del cine, sobre sus colegas de reparto, sobre su familia, sobre los lugares por los que pasa (París, Montreal, Toronto, Nueva York, Madrid, Austin, México, Bucarest...) Dedica muchos textos a actores, a los tipos duros que le han inspirado: Robert Mitchum, Charles Bronson, James Cagney o Clint Eastwood.
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Me ha gustado mucho. Necesita que lo editen en España, aunque quizá pierda bastante de la solemnidad de su escritura con la traducción. Aunque sea uno de los últimos y más auténticos duros del cine (ahí están sus papeles en Reservoir Dogs, el remake de La huida, Donnie Brasco, Kill Bill o Mulholland Falls), en los poemas abre su corazón: se trata de un tipo muy enamorado de su mujer, padre de numerosos hijos a los que adora, eje de una familia a la que siempre echa de menos cuando se va a los rodajes. No le importa rodar malas películas para mantener a su familia. La poesía es su alivio y su desquite: está en una tierra remota, solo, alejado de los suyos, participando en algún bodrio, aburriéndose en el motel, y entonces escribe un poema y se siente vivo. Los poemas de Michael Madsen simbolizan la carretera, el viaje, el lamento por los amigos muertos, la extrañeza de estar solo en lugares lejanos... He colgado ya varios poemas en este blog; mañana colgaré otro más.