El tema central de Tetro es la familia, que también articulaba la trilogía de El Padrino. Por otro lado, da la impresión de que usted tiene un marcado sentido de la familia. ¿Por qué le interesa tanto explorar los microcosmos familiares?
En el seno de la familia es donde aprendemos lo que es el amor. Inmediatamente, nos enamoramos de nuestra madre, porque somos mamíferos, ella nos abraza y nos protege y somos parte de ella. También nos enamoramos de nuestro padre, porque juega con nosotros, nos coge y nos hace saltar por el aire, sin dejar que caigamos, nos enseña cosas sobre la vida. Luego están nuestros hermanos y hermanas que son nuestros primeros amigos, nuestros primos, tíos...
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Lo que nos abre la puerta al mundo es, pues, el amor que sentimos por nuestra familia.
Lo que nos abre la puerta al mundo es, pues, el amor que sentimos por nuestra familia.
Y luego también está el otro lado: también es donde aprendemos a odiar, porque cuando alguien que nos quiere hace algo que nos hiere, sabemos por primera vez lo que es el odio. Tanto la mitología clásica como La Biblia hablan de historias de rivalidad en el seno de la familia. Tetro habla de esa rivalidad, porque se centra en una familia en la que hay muchos miembros con un fuerte componente creativo, gente con mucho talento que entra en conflicto. En mi familia también hay mucha gente con talento: mi padre, mi hermano, mis tíos, mi hermana, mi hija, mi hijo... Somos una familia con directores, actores, músicos, escritores... Por eso me sentí atraído por el tema de la rivalidad. Normalmente, cuando hago una película puedo resumir su tema en una sola palabra. Y en este caso es la rivalidad.
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