Prólogo de David González para el libro No hay camino al paraíso, de Javier Das & José Ángel Barrueco (Ya lo dijo Casimiro Parker). Un par de fragmentos:
CUANDO LA VERDAD DE ALGUIEN ES LA MISMA QUE LA TUYA
He de empezar confesando, no vaya a ser que luego se me olvide, que, por la calidad de los poemas, por el mensaje ético, moral y vital que de ellos se desprende, y por la fuerza y valentía de sus versos, hubiese dado algo, casi cualquier cosa, por haber escrito yo los dos poemarios con que ha sido concebido y creado este singular libro por parte de la joven y prometedora editorial madrilena Ya lo dijo Casimiro Parker.
(...)
Durante la lectura y relectura de estos admirables poemarios recordé a mi propio padre. Me vinieron a la mente, como analepsis en literatura o flahsback en cine, recuerdos sobre hechos que yo ni siquiera sospechaba que aun pudieran permanecer, e imborrables además, en mi cada vez más frágil y maltrecha memoria. Mientras leía Sin frío en las manos, de Das, recordé consejos y ensenanzas de mi padre sobre, por ejemplo, cómo plantar árboles, manzanos en concreto. En cambio, mientras hacía lo propio con Le aplastaré con mis versos, de Barrueco, sentí el mal genio y el veneno que mi padre descargaba sobre nosotros cada vez que venía de visitar a su madre, mi abuela, como si ella se lo hubiera inoculado.
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