Creo recordar
que una vez
te tuve al lado o incluso
tatuada en el motor.
Que te jodan,
de verdad.
Y no es resentimiento,
no.
Es recapacitación
y un poco de análisis.
Que te jodan,
de verdad.
Por cada minuto
de desprecio,
por inculcar el miedo,
por crear rencor…
y te juro que nunca fui rencoroso.
Aún así,
que te jodan,
de verdad.
Por cada segundo
que estando a mi lado
me alejaste de ti,
porque tus manos
jamás aprendieron
cómo retenerme,
por alejarme de mí.
Que te jodan,
de verdad,
pero desde el cariño,
que eso nunca lo pierdo.
José Naveiras, Pecado de silencio
Hace 13 horas