Todos los entrevistados para esta biografía están de acuerdo: Sam Peckinpah vivía para el cine y lo demás era accesorio. Él mismo se lo dijo a una actriz: Vivimos nuestras vidas entre los gritos de "Acción" y "Corten". Es el único momento en el que estamos realmente vivos. Por eso este retrato no parte de la vida del director para luego ensamblar anécdotas de rodajes y preproducciones, sino que funciona al revés: tras la infancia de Peckinpah, los capítulos son los títulos de sus películas y alrededor de cada una de ellas se articula la biografía del hombre. También están de acuerdo, al menos, en otra cosa: el viejo Sam era un cabrón con mucho talento. Capaz de llevar al límite a todo el equipo (actores, actrices, guionistas, productores, músicos, diseñadores de vestuario...) para conseguir exactamente lo que necesitaba reflejar en su obra.
Es un libro que los cinéfilos no se deberían perder. Y en especial los seguidores de las películas de Peckinpah, uno de los grandes del cine: Grupo salvaje, La balada de Cable Hogue, Perros de paja, La huida, Pat Garret & Billy the Kid, La cruz de hierro... Como diría Pike Bishop y suscribiría el propio Peckinpah, un hombre salvaje y excesivo: If they move, Kill 'em!