En mayo de este año me avisó el poeta Karmelo Iribarren de la reedición en bolsillo de varios clásicos de la novela negra, casi todos difíciles de encontrar, salvo que uno indagara en las librerías de saldo y consiguiera ediciones viejas, de páginas amarillentas. La editorial que ha reeditado estos títulos es RBA, con lo cual da un paso más en su labor de rescate de libros policíacos en bolsillo. RBA, por ejemplo, está publicando otra vez las obras de Agatha Christie, esa inteligente señora que tantas horas de suspense me hizo pasar cuando era niño. Y edita en este formato títulos de la novela negra contemporánea: de gente como Dennis Lehane o Ian Rankin.
A mediados del mes de mayo RBA lanzó la primera tanda de clásicos, formada por los siguientes títulos y autores: “La mirada del observador”, de Marc Behm; “Ocho millones de maneras de morir”, de Lawrence Block; “Un ciego con una pistola”, de Chester Himes; “Un extraño en mi tumba”, de Margaret Millar; y “El asesino dentro de mí”, de Jim Thompson. Ahí es nada: Behm, Block, Himes y Thompson. A Millar no la había oído nombrar jamás. Karmelo Iribarren me recomendó a dichos autores. Y me fié de su criterio ya que, además de un poeta magnífico (lean su antología “La ciudad”, ahora que acaba de reeditarse), es un experto en novela negra. De estos títulos sólo había leído “El asesino dentro de mí”, un libro admirable. Lo leí hace muchos años, gracias a la Biblioteca Pública de Zamora. Era imposible encontrarlo entonces. Durante años estuve buscando ese libro y, al venirme a vivir a Madrid, encontré un ejemplar de Júcar en una librería especializada en libros policíacos. Suele ocurrirme a menudo: me paso años persiguiendo un libro y, poco después de buscarlo por toda la ciudad y hacerme con un ejemplar, lo reeditan. No había leído la novela de Block, pero conozco la película: la adaptó Hal Ashby en los ochenta, con Jeff Bridges, Rosanna Arquette y Andy García como protagonistas. Chester Himes, por si alguien no lo sabe, residió sus últimos años en España. Falleció en Moraira, una localidad de Alicante. De Marc Behm ya había leído algún libro y puedo jurar que sus historias son más raras que un perro verde. Esta es la primera entrega de RBA, y todos los lectores de novela negra a quienes nos faltaba alguno de estos títulos hemos salido a comprarlos. Y estamos deseando que continúen estas reediciones. Espero que aparezcan algunas obras de David Goodis, de quien Karmelo me ha hablado bastante. Los libros de Goodis están descatalogados; aunque en las casetas de la Cuesta Moyano he visto dos o tres ejemplares. Cada vez que entro en una librería busco estos títulos de bolsillo de RBA. Me parece que algunos se han agotado. Como tardé en pillar la novela de Block, la semana pasada no la tenían en ningún sitio. Pero finalmente y tras muchas pesquisas encontré un ejemplar en un kiosco de la estación de trenes de Atocha.
También otra editorial saca de vez en cuando, del baúl del olvido, títulos memorables del género negro: El Aleph, que nos ha ofrecido maravillas que no deberían perderse ustedes, obras de Horace McCoy, James M. Cain o el citado Jim Thompson. Cain escribió “Pacto de sangre”, origen del clásico del cine negro “Perdición”, o “Double Indemnity”, como prefieran. Y, ya que estamos, hay que alabar las reediciones de Alianza: títulos de los grandísimos Raymond Chandler y Dashiell Hammett. La novela negra es un género que jamás pasa de moda. Es raro que a alguien no le guste. Es raro que no haya salido alguien aconsejando que la llamemos “novela de color” para que nadie se ofenda. O igual ya lo dijeron y no me enteré.