Otro gran guión de Arriaga, superior, incluso, a Amores perros. Aquí la estructura fragmentaria de la narración es llevada al límite, tal y como luego respeta el montaje de la película. Una historia durísima, un verdadero drama de personajes torturados por la culpa, el dolor, la pérdida y la enfermedad. También, en esta ocasión, el desencadenante de la trama es un accidente de coche.
El filme tuvo como protagonistas a tres de los actores más potentes del momento: Sean Penn, Naomi Watts y Benicio del Toro.