Caminar por el centro de Madrid supone un vistazo a la tragedia, una mirada al abismo, la parada de los monstruos: cojos, tuertos, mancos, ciegos, alcohólicos, toxicómanos, tullidos, deformes. Todos ellos viven de la mendicidad. Todos ellos sobresalen como flores negras y rotas en un jardín.
Hace 12 horas