Charles Bukowski nunca falla. Ninguno de sus libros, si eres lector habitual de su obra, decepciona. En Poemas de la última noche de la tierra, en estupenda edición de Eduardo Moga, no encontramos su debilidad por el vino y las peleas y las mujeres (aunque tales temas sí aparecen), sino una honda preocupación por la muerte, la pureza de la escritura, el nihilismo, la infancia dominada por un padre violento y vulgar, etcétera. Son poemas muy narrativos, casi todos cuentan una historia autobiográfica o una manía del autor. Y, por encima de todo, estos poemas ásperos, salvajes y duros nos hablan de la vida y los infiernos que en ella hallamos.
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