Gracias a la recomendación de Antonio Pérez Morte en su blog me compré este libro de poemas en prosa. Aunque yo ya conocía algunos textos de Manuel Vilas: tengo en mi biblioteca los relatos de Zeta, el poemario El cielo y sus artículos de La región intermedia. Me parece un escritor honesto y valiente, distinto e innovador, capaz de saltar de los vampiros a Kafka, del marisco de los bares de tapas a las hamburguesas de MacDonald's, de las manos de las cajeras a las canciones de Lou Reed. En esos cambios de tema logra siempre mantener un equilibrio dificilísimo. Este último libro fue recompensado con el XV Premio Jaime Gil de Biedma. En sus páginas regresa esa pasión del autor por reconstruir su ciudad, Zaragoza, por absorber sus restaurantes, sus mujeres, sus carreteras, sus paisajes, sus pueblos (aunque también canta la magia de otros lugares), y ofrecernos todo ello mediante poemas salvajes, impulsivos, furiosos y provocadores. Es un canto a la vida y sus misterios.