Alberto Méndez (Madrid, 1941 - 2004) se hizo famoso tras su muerte con este libro de relatos. Los girasoles ciegos ha supuesto una de las sorpresas del año (aunque fue publicado en 2004, ha sido en estos últimos meses cuando se han disparado las ventas y el fervor de los lectores).
Ha recibido el I Premio Setenil de Cuentos, el Premio de la Crítica y el Premio Nacional de Narrativa. Y, desde luego, su lectura no defrauda. Se trata de cuatro relatos, que transcurren respectivamente en 1939, 1940, 1941 y 1942, sobre la posguerra civil, sobre el fracaso de los vencidos y también de los vencedores. Cuatro historias con algunos personajes relacionados entre sí, que pintan el desolador y gris panorama tras la contienda: presos que mienten para posponer su fusilamiento, una pareja aislada en una cabaña y sometida al hambre y a una muerte segura, un maestro religioso con apetito sexual por la madre de uno de sus alumnos, hombres huidos, soldados, madres que buscan a sus hijos... Al final, cada uno de ellos, agarrotado por la derrota, se diluye en la nada, en suicidios y abandonos, en renuncias y fracasos.
A pesar de que algunos lectores estamos cansados del tema de la guerra y la posguerra, Méndez deja un testamento precioso, que se devora de un tirón.