martes, abril 26, 2022

La novela de un literato 1, de Rafael Cansinos-Asséns

 

 

No vine a conquistar Madrid y así no podría considerarme fracasado si no la conquisté.
Tampoco, por esa misma razón, al llegar a la corte, traté de aprovechar las oportunidades que al novel brindaba la abundancia de sus periódicos, revistas y tertulias literarias. Yo ni siquiera era un novel, sino un joven soñador y tímido, lleno de un pudor de adolescente, que confinaba mi literatura a la intimidad.

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La Academia Sueca otorga el Nobel de este año al viejo dramaturgo y hombre de ciencia don José Echegaray, el autor de esos dramones truculentos –
El gran galeoto, En el seno de la muerte, etc.– que tanto éxito tuvieron en el público de la generación anterior.
Los escritores jóvenes publicaron en la prensa una nota expresando su disconformidad con ese Nobel que viene a premiar un teatro ya anticuado y que cierra el camino a los nuevos comediógrafos, como Benavente…
Con este motivo se citan frases de Valle-Inclán, llamando al dramaturgo “viejo imbécil” a voz en cuello en los cafés.
Por cierto que, según dicen, una de esas veces acercóse a don Ramón un joven que, indignado, le dijo:
-Le advierto a usted que don José Echegaray es mi padre…
Y que él, maldiciente, imperturbable, replicóle sencillamente:
-¿Está usted seguro?

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¡El periodismo!... ¡Pero ése es el fracaso para un literato!... Yo no quiero ser periodista… yo quiero ser literato… ¡Oh, aquellos redactores de
El País! ¿Iría yo a convertirme en uno de ellos, achabacanado, vulgar, serviles lacayos del director?...

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[Habla Carmen de Burgos, Colombine]:
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[…] La gente se fija en mí porque soy la primera mujer periodista que entra y sale y hace interviews y reportajes, como cualquier tío… Hasta aquí sólo había señoras, como la Pardo Bazán, que escribían por deporte… Yo soy la primera que escribe para ganarse la vida… Y eso, en este país, es algo nuevo, que produce escándalo… Una mujer periodista, que anda entre hombres…, y que además tiene ideas libres, y escribe en la prensa de izquierda…, y es amiga de Blasco Ibáñez y de Nakens y Castrovido y el pae Ferrándiz… ¡Horror!... A mí, la gente que trata de desacreditarme por todos los medios…, me llaman la dama roja…, me crean una leyenda de escándalo… Y no es sólo esa gentecilla… Todos los hombres de letras están en contra mía. La competencia… Y, además, los despechados, los que con una mujer de ideas libres se creen con derecho a todo…, y se enfurruñan, si no lo consiguen… Oh, es muy delicada la situación de una mujer que se mueve entre hombres…

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¿Para qué publicar?... Eso lo convierte a uno en un pordiosero de elogios… ¿Sería yo como esos autores que me traen sus libros a la redacción, pidiéndome humildemente un bombo… o siquiera un palo?...
Yo no soy capaz de engañar a ningún impresor…, la picaresca me repugna… ¡Si surgiese un Mecenas!

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Sí; que se burlen cuanto quieran… ¡Pero yo ya tengo un libro! Ya no soy un inédito… Ya he cumplido con uno de los tres deberes sociales que tiene el hombre…



[Alianza Editorial]