TOCA, TOCA MUDEZ
No tengo de mi lado al lenguaje.
Flores que no van a parte alguna
sino a llenar el aire de la tarde
de excedencia
igual que esos vilanos sin peso
ni carácter.
A veces reaparecen palabras
debajo de los muebles: huesos mondados
y sin color, como los sueños inofensivos.
Sentarse, entonces, a pelarlas
aún más.
Pelar palabras como quien espera hacer aceite
con toda la saliva estirada.
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EL OFICIO
………………poesía: lengua de la sombra
I
con los pies en la tierra
contra la propia tierra
una fiesta de pezuñas
que empujan hacia abajo la estatura
hacia la tumba donde es posible oír
los nombres más nublados
II
con las uñas
en medio de la luz, de parte
a parte
y quedarse con carne
de las cosas más claras
-las que se ven mejor
si no las miras-
III
con la punta cansada de la lengua
rebañando
entre dientes
hasta quitar hilo sobrante
a las palabras atascadas
IV
escarbar:
el oficio del poeta
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TODO OÍDOS
Lo que consuela un reloj en la noche. Lo que consuela. Su lenta hegemonía sobre los bisbiseos y las respiraciones detestables. El péndulo ahí, moviendo brillos viejos como un pájaro absorto. Ese es tu comandante ahora, el que te marca el paso con su lengua de bronce en el lugar del sueño.
Por la boca con fiebre de una anciana salen en tromba fechas desbocadas. Y tú sabes que también estás envejeciendo violentamente en la quietud, rasgada por el tic-tac que llega hasta los bordes oscuros del corazón. Hace el insomne investigaciones que se atascan en los pequeños estallidos de los muebles finales.
Y vuelven los oídos al reloj.
Lo que consuela.
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tú, que sabías dejar dormido
un poema en el labio
para no molestar al mundo,
dinos ahora cómo acabar
sin ruido este domingo de noviembre
mientras se mojan todos los nombres
de la tierra,
mientras todas las rosas desafinan
porque un poeta ha callado
y hoy todo sobra en el mundo
menos tú
………………………(pájaro del adiós al poeta José Diego)
………………………………………..6 de noviembre. 2011
[Amargord Ediciones]