viernes, abril 29, 2016

Su pasatiempo favorito, de William Gaddis


Varios fragmentos de esta novela, que hoy recomiendo en Playtime / El Plural (el enlace figura en otro post, un poco más abajo):

-¿Justicia? La justicia se encuentra en el otro mundo. En éste lo que hay son leyes.

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-[…] Con todas esas charlas, viajes de promoción y demás majaderías en que se ha convertido el mercado del libro hoy en día, de lo que se trata no es de comercializar la obra sino de vender al autor en ese repugnante circo de los medios de comunicación que transforma al creador en un farsante con el delirio de publicidad y todo porque no soy un jugador de béisbol con SIDA o un perro que vive en la Casa Blanca pero sí soy demasiado viejo […]

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-Lo del periódico, lo han puesto todo al revés. ¿Es que no hay leyes para estas cosas?
-Habría que demostrar dolo. No se pueden hacer leyes contra la simple estupidez ¿no? –Empezó a frotarse enérgicamente con la toalla–. Contra las tonterías.

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-¡Yo lo sé todo sobre Silo! Sé que hubo veinte mil víctimas no treinta mil, diez mil en cada bando, todos simples reclutas no un… un enemigo bárbaro, lo ha preparado una agencia que se dedica a organizar conferencias y se lleva el cinco por ciento, se las ofrece a escritores que quieren dar charlas y lecturas y…
-Menuda estupidez. Si eres escritor lo que haces es escribir, si no ya me dirás para que aprende la gente a leer. Ese no parar de charlas y lecturas y conferencias… ¿es que son analfabetos? Se leen cosas a los niños de tres años, pero si eres escritor te quedas en casa escribiendo ¿no?

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-[…] No creerás que quiero sacar nada de este asunto ¿verdad? Pero yo he tenido una oportunidad única, la de leer tu obra. ¿Te acuerdas de cómo define Conrad su tarea, hacer sentir y sobre todo hacer ver? Y añade que quizá también ofrecer una breve visión de la verdad que al lector se le ha olvidado pedir. A eso me refiero, eso es lo que ofreces en tu obra, lo que solo tú y nadie más que tú puede hacer. Seguramente no eres consciente de cuántos envidiamos las dotes que tienes, no hay mas que ver la cantidad de malos poemas y de malos cuadros que hay en el mundo, obras de personas que no saben escribir ni pintar, hay gente que escribe no porque quiera escribir sino porque quiere ser escritor, ya puede ser mercachifle millonario, fabricante de coches, da igual, pero quiere ser escritor mientras que la obra de un escritor realmente bueno está acumulando polvo, una obra como la tuya se arriesga al fracaso porque no hay nadie lo suficientemente inteligente como para comprender sus posibilidades, para ver lo mismo que tú has visto y llevarla a un escenario, que es donde debería estar.

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-[…] ¿Sabéis una cosa que nunca he entendido en esta casa, en todo el tiempo que llevamos aquí juntos? Que nunca os veo leer. O sea con todos esos libros de la biblioteca y todas esas ideas y gente de los libros de las que estáis siempre hablando resulta que lo único que se lee aquí son los periódicos y las facturas y los crucigramas y los anuncios por correo y venga a ver la televisión pero o sea libros, lo que se dice leer libros no os veo yo que…


[Sexto Piso. Traducción de Flora Casas]