Volver a un libro se parece a volver a las ciudades que creímos nuestras,
pero que en realidad hemos y nos han olvidado. En una ciudad, en un libro,
recorremos en vano los mismos caminos, buscando nostalgias que ya no nos
pertenecen. No se puede volver a encontrar un lugar tal como se dejó.
Encontramos, en todo caso, mitades de objetos entre el debris, incomprensibles notas al margen que tenemos que descifrar
para volver a hacer nuestras.
Valeria Luiselli, Papeles falsos