Sin hacer ningún ruido, como si la novedad llegara de puntillas (algo habitual en la editorial Días Contados), acaba de publicarse este breve ensayo de J. M. Coetzee que rastrea las relaciones entre el paisaje de Sudáfrica y la pintura, y el modo en que los exploradores europeos anotaron los detalles de ese paisaje en sus poemas y en sus diarios. El texto original, “The Picturesque, the Sublime and the South African Landscape”, estaba incluido en su libro White Writing (inédito en España, por lo que yo sé). Esta edición en castellano consta sólo de 600 ejemplares numerados, por lo que es de esperar que se agote pronto. Es curioso que un tema que jamás en la vida me había planteado sea un material tan interesante en las manos de Coetzee, que, como es costumbre, compone un trabajo minucioso y muy documentado en menos de 70 páginas. Un extracto:
En líneas generales, dos razones explican por qué el paisajismo de lo sublime emerge de modo tan vigoroso en los Estados Unidos y de forma tan tardía, indecisa y atrofiada en el África meridional. En primer lugar, la topografía, la vegetación y las condiciones atmosféricas hacen que la transposición de lo sublime desde Europa a todas las regiones de Norteamérica sea un paso más obvio que desde Europa al interior sudafricano. En segundo lugar, el aparato ideológico que acompaña al nacionalismo expansivo, incluidas las artes nacionales, existía ya a mediados de siglo en Estados Unidos; pero ni siquiera corrigiendo la diferencia de escala puede decirse que tal aparato existiera en África meridional antes de la década de 1930, y entonces fue sólo como acompañamiento del nacionalismo afrikáner.
[Días Contados. Traducción de Carmen Francí]
En líneas generales, dos razones explican por qué el paisajismo de lo sublime emerge de modo tan vigoroso en los Estados Unidos y de forma tan tardía, indecisa y atrofiada en el África meridional. En primer lugar, la topografía, la vegetación y las condiciones atmosféricas hacen que la transposición de lo sublime desde Europa a todas las regiones de Norteamérica sea un paso más obvio que desde Europa al interior sudafricano. En segundo lugar, el aparato ideológico que acompaña al nacionalismo expansivo, incluidas las artes nacionales, existía ya a mediados de siglo en Estados Unidos; pero ni siquiera corrigiendo la diferencia de escala puede decirse que tal aparato existiera en África meridional antes de la década de 1930, y entonces fue sólo como acompañamiento del nacionalismo afrikáner.
[Días Contados. Traducción de Carmen Francí]