No me pierdo una película de Terrence Malick. Para mí,
hasta ahora, sólo tenía un tropiezo: El
nuevo mundo; porque incluso El árbol
de la vida, pese a sus desvaríos sobre la creación del universo, me parece
fascinante. Y creo que To the Wonder
es su segundo tropiezo. Pero no es, en absoluto, una mala película. Sólo es fallida.
Veamos por qué lo creo… Malick ha pretendido hacer un retrato de los distintos
tipos de amor (amor conyugal, amor a lo divino, amor infiel, amor platónico) y
del desamor, en el que no faltan la duda, el engaño y la culpa. Para llevar a
cabo este plan nos ofrece un largometraje en el que las parejas se besan,
caminan entre las espigas, se rozan entre las sábanas, deambulan por paisajes
maravillosos, se miran sin hablar, se tocan y se sonríen… Apenas hay diálogos,
y abundan esos pensamientos abúlicos de cada personaje, propios del cine de
este director. Pero el amor, cuando se refleja con toda su carga de azúcar, con
tanto envoltorio romántico y con tantas miradas y suspiros… acaba siendo un
coñazo. To the Wonder es, casi todo
el tiempo, una postal; una postal que nos parece más interesante cuando los
personajes dudan o se enfrentan entre ellos. Sin embargo nos queda, eso sí, la
dirección de Malick: espectacular, con una planificación propia de maestro, con
planos que sólo se le ocurren a él, con actores que dan lo mejor de sí mismos
aunque apenas suelten una palabra. Malick filma la belleza, pero el exceso de la misma también cansa.
Hace 5 horas