No se puede negar, sin embargo, que el universitario
español sabe divertirse. Menudas carcajadas. Lo mejor del estudiante español es
sin duda su simpatía y desparpajo. La cerveza brota de cualquier parte en esta
facultad, incluso de entre las juntas de bloques de hormigón que componen el
campus y las diferentes facultades. ¡Y qué buenas cervecerías lo entierran a
uno! En el entorno universitario contemporáneo, las afinidades
electivas se reducen a tres: Moritz, Heineken o
Estrella-Damm. Luego, sexo y chocolate.