jueves, abril 26, 2012

Libertad, de Jonathan Franzen


Nunca o casi nunca escribo reseñas negativas. Ya supone una inversión considerable de tiempo hablar de los libros y las películas que nos gustan, así que destinar aún más horas a destrozar una obra no me compete. Me parece una pérdida de tiempo. Sin embargo, aunque Libertad me ha aburrido hasta la saciedad, y por lo tanto no recomiendo su lectura, sí me interesa hacer unas cuantas apreciaciones, porque la novela no es mala (en absoluta), sólo tediosa:

*Me entusiasmaron los libros de Jonathan Franzen que antaño leí: Las correcciones, Cómo estar solo, Zona fría. Especialmente el primero, un novelón que me mantuvo enganchado.

*Por eso mismo tenía muchas expectativas depositadas en Libertad. Con esta novela que traza la historia de una familia norteamericana (con todos los matices que ello conlleva: la infidelidad, los hijos, el declive, la política, las finanzas…) Franzen ha querido escribir uno de esos novelones (en tamaño y en pretensiones) del pasado, en la línea de Dumas, Tolstoi, Dickens o Dostoiveski. Una novela que lo abarque todo. La gran novela americana, etcétera. Ha querido construir una narración clásica, pero ése no es el problema (a mí, por ejemplo, me gusta tanto lo clásico como lo vanguardista, lo tradicional como lo postmoderno)…

*El problema es que no engancha al lector. O, al menos, a mí no me enganchó. Cuando uno abre una novela de Dumas o de Dickens, ya no es capaz de soltarla. Necesita saber qué les ocurrirá a los personajes. Se come las páginas. Con Libertad no me sucedió. Me daba igual. No me llegaron a interesar sus vidas. Incluso los lectores a los que les ha gustado el tocho de Franzen, admiten que hay tramos que se les hicieron arduos (de lectura ardua, quiero decir).

*A pesar de ello, quise leerla hasta el final. No por el desenlace, sino por averiguar hasta dónde quería el autor conducir a sus lectores. Las últimas 100 páginas sí me engancharon. Pero entonces, claro, el libro termina.

*Y, a pesar de ello, la prosa de Franzen es magistral. También lo son las descripciones de los personajes, su psicología, etcétera. Por eso, aunque no la recomiendo, admito que está muy bien escrita. Si no temen al tedio, inténtenlo. Pero luego no me echen la culpa, yo ya avisé: es un tostón.


[Traducción de Isabel Ferrer]