viernes, febrero 10, 2012

Más aforismos de Ramón Eder


Cuando arrecian los elogios precisamente le asalta a uno la duda de si no será un impostor.

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Si un escritor se descuida acaba viviendo en una biblioteca con baño y cocina.

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El pasado es imprevisible, cambia constantemente en la memoria.

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Presentar una persona a otra entraña una gran responsabilidad. Lo que ocurra después entre ellos, de alguna manera, es culpa nuestra.

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Los que tardan mucho en dar un puñetazo en la mesa, cuando al fin lo dan, suelen romper la mesa.

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En la relación de pareja llega un importante día en el que, si queremos que todo siga como está, es preciso que todo cambie.

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¿Qué es la caída del Imperio Romano comparada con un dolor de muelas?


Ramón Eder, La vida ondulante