Este pequeño libro, de primorosa edición, revisa los hechos reales acaecidos en los 70, cuando un predicador llamado Jim Jones logró fundar una secta a la que se sumaron cientos de personas. Jones prometía conducirlos a un paraíso en la selva, profetizaba el Apocalipsis y, mediante trucos y engaños, hizo creer a sus feligreses que era capaz de sanar a los enfermos: a los pacientes de cáncer, a los paralíticos, etcétera. A finales del 78 consiguió que unos 900 adeptos se inmolaran con él en un suicidio colectivo al que calificaba de “suicidio revolucionario”. La historia es para flipar, y se completa con numerosas fotografías y la transcripción de la cinta de los últimos momentos que vivieron Jones y sus acólitos, cuando discutían sobre la necesidad de palmar ingiriendo veneno.
[Traducción de Raquel Duato]
[Traducción de Raquel Duato]