Buena película, una de las miles de adaptaciones de la novela de Charlotte Brontë, superior (por ejemplo) a aquella que protagonizaron William Hurt y Charlotte Gainsbourg en los 90. No suele entusiasmarse esta clase de filmes, y reconozco que fui a verla, principalmente, por el trabajo de Michael Fassbender (llevo un par de años diciendo que es uno de los más grandes actores del momento, y ahí están para demostrarlo sus papeles en Hunger, Malditos bastardos, Eden Lake, Centurión o Un método peligroso). Sin embargo, como digo, me gustó la película. Cary Fukunaga construye una película sobria, medida, sin que en ningún momento el drama que nos cuenta roce lo sentimental o se convierta en un culebrón. Gran banda sonora, por cierto, del genial Dario Marianelli.
Hace 10 horas