Cuando ves un edificio avejentado o un puente oxidado, estás presenciando el trabajo conjunto del hombre y la naturaleza. Si pintas el edificio, pierde toda la magia. Pero si le permitimos envejecer, la naturaleza se suma al trabajo de construcción del hombre: el resultado es orgánico.
Sin embargo, con frecuencia la gente ni siquiera se plantea permitir algo así, solo se les ocurre a los escenógrafos.
David Lynch, Atrapa el pez dorado