martes, julio 05, 2011

192


A partir de ahora los horarios de actualización del blog los marca el niño. Ya no posteo cuando quiero o cuando me acabo de levantar, sino cuando puedo. Es cierto lo que dicen: con un hijo recién nacido se duerme muy poco, y sin embargo se disfruta cada momento, se ve la vida con otros ojos. Lo que uno hace, a partir de entonces, no es dormir seis o siete horas seguidas, sino varias siestas cortas. Y eso tampoco está tan mal. Se trata de acostumbrarse al cambio de ritmo. Y yo ya lo he conseguido.