domingo, junio 26, 2011

Vidas elevadas, de Miguel Baquero


¿Qué más puede decirse del insigne escritor, poeta, novelista, ensayista, dramaturgo y coreógrafo Lucio Valverde que no se haya dicho ya? Número uno por antonomasia de las listas de ventas, asombro de los rankings, atasco de las ferias, estrago de los bosques y extenuación de las imprentas, raro será, sin duda, encontrar a alguien que ignore este nombre, sobre todo cuando está reciente el lanzamiento de su último libro: Ahora que vamos de espacio –escrito así, “de espacio”, para demostrar conocimientos filológicos–, un libro que la crítica se ha apresurado a saludar con todo tipo de alabanzas, panegíricos y ditirambos. “Su prolepsis respecto a la vanguardia, unida a su ortodoxia activa, le han conferido el hermenéutico papel de serviola del hombre moderno”, es algo en lo que han coincidido todos. En Ahora que vamos de espacio –segunda entrega de una trilogía de la que ya apareció el primer volumen: Con la raya a un lado. De la infancia a la adolescencia–, Valverde nos cuenta sus primeros pasos como escritor, los amores que tuvo con ciertas damas y actrices famosas, hoy desgraciadamente muertas, y critica a muchas de las vacas sagradas culturales de aquel entonces, hoy lamentablemente fiambres también.