La primera parte fue una de las ideas más originales de la comedia contemporánea al unir varios planteamientos: 1) "¿Qué ocurrió anoche?", pregunta que muchos nos hemos hecho después de alguna borrachera brutal, léase una boda, una despedida de soltero, Nochevieja o un simple sábado en el que todo se desmadra. 2) Un grupo de amigos con los estereotipos de la comedia teen, a saber: el guaperas, el empollón y el gordo; sólo que aquí ya son adultos y, por tanto, aportan más matices a sus personajes. 3) La reconstrucción de la noche de excesos a través de pistas y conversaciones, como si se tratase de una trama detectivesca.
Esta secuela sigue el mismo esquema, cambiando Las Vegas por Bangkok, e incluso coloca a los personajes en las mismas situaciones. Y, sin embargo, y aunque no sea original, uno vuelve a divertirse, uno se lo pasa en grande con Chow, el chino cocainómano, y con Alan y sus ideas descerebradas, y con un mono que fuma, y con el par de cameos de famosos, y con algunos diálogos y situaciones tan cafres que, probablemente, no hayan superado la censura propia de USA... Sí, es más de lo mismo, no lo dudes; pero te lo vas a pasar en grande.