Hace años publicaron un libro titulado Ten Bad Dates with De Niro, que en España dividieron en dos volúmenes: Sólo para cinéfilos y El desafío del cinéfilo. He leído el primero y pronto leeré el segundo. Sé que son libros sólo aptos para cinéfilos frikis como yo, pero si amas el cine lo devorarás en un par de sentadas. Lo que propone el editor Richard T. Kelly a un conjunto de escritores, poetas, críticos, directores de cine y periodistas es crear listas de películas. Y no sólo crearlas, sino comentar sus elecciones. Y esos comentarios son precisamente los que aportan entidad e interés al libro, ya que uno descubre cosas que no sabía, películas cuya existencia ignoraba o anécdotas que jamás había escuchado. Por ejemplo, en la lista sobre los chanchullos de los jurados del Festival de Cine de Cannes tenemos este ejemplo:
10. La dolce vita (La dolce vita. Italia 1960, dir. Federico Fellini): Palma de Oro, jurado de Georges Simenon
La organización del festival recomendó al muy decidido novelista belga Simenon que concediera al menos un premio a Estados Unidos. Simenon tenía otras ideas: en el curso del festival había trabado una gran amistad con Fellini y su esposa, y estaba resuelto a que La dolce vita tenía que recibir un premio importante. El novelista estadounidense Henry Miller, un jurado muy suelto más interesado en jugar a tenis, accedió a votar como planteaba Simenon. Tal cosa bastó para que La dolce vita obtuviera la Palma de Oro, y años después Fellini declararía que le debía la carrera a Simenon.
Una lista muy atractiva es la que elabora el propio Kelly sobre “Diez presuntos fiascos, que en realidad son películas estupendas”, lista con la que estoy casi por completo de acuerdo, ya que se trata de títulos que nos proporcionan placeres culpables, como el siguiente:
10. Waterworld (Waterworld. EE.UU. 1995, dir. Kevin Reynolds, guión: Peter Rader y David Twohy)
Es como un Mad Max marino. ¿Qué problema hay? Sí, claro, la serie de éxitos complacientes de Kevin Costner ha acabado siendo un poco agotadora, y los equipos cinematográficos que trabajan en el agua casi inevitablemente se la pegan. El asediado rodaje de Waterworld en Hawai adquirió pronto un aire de calvario. El resultado no se parece a cualquier otra película. El conciso héroe, nada zalamero, que encarna Costner y el bronceado malo de Dennis Hopper suministran dosis de humor astuto. La temprana “Batalla del Atolón” es una formidable secuencia elaborada, y la acción de coreografía atlética en espacio reducido gana a cada año que pasa, gracias a las nuevas tecnologías. Pero no hay nada que iguale el ingenio de los que, en el momento del estreno, inventaron epitafios como “Fishtar”, “Kevin’s Gate” [NT. Alusiones a las películas “Ishtar” y “Heaven’s Gate”] o “Waterworld se comió a mi hámster”. (El último es un chiste, aunque muy justito).
También hay una lista sobre diez obras maestras no realizadas, proyectos que se quedaron en el camino, como esta adaptación:
5. “La conjura de los necios” de John Waters
Ya en 1980 se produjeron intentos de llevar a la pantalla la extraordinaria novela humorística de John Kennedy Toole, cuando un joven ejecutivo de la 20th Century Fox, Scott Kramer, se puso a difundir ejemplares de la primera edición entre sus colegas, muy pocos de los cuales supieron ver el aspecto divertido de un libro sobre un corpulento, flatulento, y decididamente indolente misántropo y medievalista: Ignatius T. Reilly. Entre los que iniciaron guiones, a lo largo de los años, figuran Buck Henry, Harold Ramis y Stephen Fry; y entre los actores escogidos para el papel figuraron John Belushi, John Candy y Chris Farley, que todos ellos murieron antes de que las cámaras pudieran rodar, de ahí la leyenda de una “Maldición” de la Conjura. El gran lamento de los fans de la novela es que John Waters ya no realizará su versión, puesto que el hombre que concibió Pink Flamingos y Hairspray indudablemente habría hecho algo memorable con un libro aún considerado “infilmable”. Cuando se escribe esta nota, hay rumores de que La conjura la dirigirá David Gordon Green a partir de un guión de Kramer y Steven Soderbergh, aunque si es así no merece la pena esperar con impaciencia.
Hay listas para todos los gustos: las películas que entretienen mucho, pero da apuro confesarlo; las películas donde maltratan los dedos; las muertes más violentas del cine de gángsters; las principales películas sobre arquitectos o sobre científicos locos; los peores peinados del cine (para mi sorpresa no incluyen ninguno de Nicolas Cage, que podría llenar él solito una lista de veinte o treinta peinados horrendos); los diez personajes secundarios más memorables del cine de los Coen; etcétera. Entre los especialistas consultados están, por ejemplo, los Coen, Mike Figgis, Steven Soderbergh, George Pelecanos o Andrew O’Hagan. En este link pueden visualizarse muchas de las páginas del primer tomo.
[Traducción de Joan Sardá]