Fui a ver el remake (o, mejor, nueva adaptación de la novela) porque dirige Matt Reeves, que nos sorprendió con Cloverfield. Y no me ha decepcionado. En parte es calcada, pero además Reeves incorpora otros pasajes truculentos (siempre más agresivos, más gore) que no estaban en la original, y que supongo están tomados del libro. Ya sólo el prólogo es ejemplar: muy a la manera del cine americano, con el impacto en las primeras escenas como cebo para enganchar a la audiencia. El único punto débil está en los pasajes en que la niña-vampiro ataca: las han hecho por ordenador y se nota demasiado, a veces parece un videojuego y, otras, un dibujo animado. Cuenta con dos secundarios de lujo: Elias Koteas y Richard Jenkins. Los dos protagonistas demuestran que les queda mucho futuro en el cine. Bien.
Hace 12 horas