En este libro en el que se solapan los géneros (tiene algo de autobiografía, de ensayo, de historia, de fábula), Jacques Yonnet, uno de esos autores que estamos descubriendo gracias a Sajalín Editores (junto a Seumas O’Kelly y Philippe Forest, entre otros), cuenta historias relacionadas con el París de los años 40 y 50: historias, en muchos casos, nacidas de la leyenda o el rumor, pero que en absoluto son ficticias. Historias sobre enanos, muñecas y maleficios, gitanos, borrachos, artistas, prostitutas, soldados, vagabundos… Un gran trabajo. Un mosaico que ayuda a conocer mejor la otra cara de una ciudad inolvidable. Un párrafo del inicio:
No puede considerarse de París, no puede llamarla su ciudad, quien no conoce sus fantasmas. Impregnarse de sus grises, confundirse con la sombra indecisa e insulsa de los ángulos muertos, unirse a la multitud húmeda que, siempre a las mismas horas, surge o rezuma del metro, de las estaciones, de los cines o de las iglesias; o ser el hermano silencioso y distante de quien pasea solo, del soñador inmerso en una soledad desconfiada, del iluminado, del mendigo, del borracho incluso. Todo esto requiere un largo y difícil aprendizaje, un conocimiento de las gentes y los lugares que sólo se consigue tras años de paciente observación.
[Traducción de Julia Alquézar Solsona]