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martes, julio 27, 2010
Tomas falsas (V.O.), de Joaquín Piqueras
CINEMA PARADISO
............................“Es curioso que los colores del mundo real sólo
................parecen verdaderos cuando los vemos en una pantalla”
.........................................................................Stanley Kubrick
Yo amaba la cabina
del cine Avenida,
desde allí mi padre proyectaba
en la blanca e inmaculada pantalla
de la infancia nuestra auténtica vida,
sí, porque nosotros, mi hermano y yo,
entrábamos gratis todas las noches,
deseando ver esos fogonazos
iniciales que anunciaban una
nueva aventura por vivir,
y unas veces nuestra vida era un drama
con un esperado final feliz,
otras era una comedia o un western
o puro cine negro o de suspense,
y temblábamos de miedo con esas
pelis en las que a Christopher Lee
se le encendían los ojos de rojo,
pero era un miedo distinto a ese otro
que uno sentía al salir a la calle
y veía cómo los argumentos
se desbarataban en esa suerte
de fotogramas anodinos
que constituían el más allá
de la pantalla, ese sucedáneo
que todos llamaban realidad,
y que para nosotros era,
allá en los primeros años setenta,
en un pequeño pueblo de provincia,
un infierno triste y descolorido.
así que cuando accedíamos
a nuestra butaca y mirábamos
hacia atrás, hacia arriba, hacia el cielo,
a esa cabina en la que nuestro padre
era Dios, aunque después fuera nadie,
y, sin saberlo, nos alentaba,
pensábamos que eso era nuestra vida,
que todo lo demás no era sino
tomas falsas y cualquier parecido
con las ficciones, pura coincidencia.