MADRUGADA
Son casi las tres de la madrugada
en esta ciudad donde
en los parques lo columpios se mecen
y los carteles vigilan el césped,
las papeleras, los propios columpios.
Tú, cuando son casi las tres de la madrugada,
continúas más al Norte, centrada
en todas las geografías y viendo,
quizá entre demasiado humo,
susurros, caricias, besos ajenos…
Son casi las tres de la madrugada
y enciendo un cigarrillo
para creerte cerca
y te busco con la mirada
mientras intentas hallarme con la mano
en el precioso hueco
que espero a tu izquierda.
Son casi las tres de la madrugada
en esta tierra y en el viento,
en tu forma de andar y en la lluvia,
en los amantes que se pierden
sin jardines con césped que transgredir.
Son casi las tres de la madrugada
y todo el aire y todo el agua del mundo
se agrupan en las esferas convulsas
de dos relojes separados
por la definición de la palabra distancia.
Son casi las tres de la madrugada
en esta ciudad donde
en los parques lo columpios se mecen
y los carteles vigilan el césped,
las papeleras, los propios columpios.
Tú, cuando son casi las tres de la madrugada,
continúas más al Norte, centrada
en todas las geografías y viendo,
quizá entre demasiado humo,
susurros, caricias, besos ajenos…
Son casi las tres de la madrugada
y enciendo un cigarrillo
para creerte cerca
y te busco con la mirada
mientras intentas hallarme con la mano
en el precioso hueco
que espero a tu izquierda.
Son casi las tres de la madrugada
en esta tierra y en el viento,
en tu forma de andar y en la lluvia,
en los amantes que se pierden
sin jardines con césped que transgredir.
Son casi las tres de la madrugada
y todo el aire y todo el agua del mundo
se agrupan en las esferas convulsas
de dos relojes separados
por la definición de la palabra distancia.