Volumen misceláneo. En la primera parte, “Acontecimientos”, encontramos breves historias sobre pintores, posaderos, parejas, repartidores, jóvenes… que funcionan como microrrelatos, muy parecidos a los que ya comentamos en El imitador de voces. En la segunda, “Relatos”, la prosa lleva la marca de Bernhard, con esos párrafos de largas frases que crean adicción, y con historias más extensas y desarrolladas; en el último hace la pirueta ficticia de hacer contemporáneos a Goethe y a Wittgenstein. Como siempre, un placer. Otro día colgaré uno de esos “acontecimientos”.
[Traducción de Miguel Sáenz]