The Animals en el mp3,
viaje en el bus
con todas las paradas,
en la penúltima
entra ella,
como todos los viernes,
estatura media,
piel morena,
ojos oscuros,
siempre hace lo mismo,
primero saluda,
se sienta,
se suelta la coleta,
saca un cepillo del bolso,
uno de esos bolsos enormes,
se cepilla su larga melena
con calma,
como si el tiempo no importase,
luego se empolva la cara,
se pinta los labios,
crema hidratante
en las manos,
mirada perdida,
ni una sonrisa,
nunca lo hace,
siempre me viene lo mismo
a la cabeza,
la cantidad de cerdos
que tendrá que aguantar esta noche,
maridos puteros,
desgraciados,
jóvenes salidos,
cuantas pollas
tendrá hoy para cenar,
cuantas veces se arrodillará,
cuantas tendrá que poner el culo,
siempre la misma escena en la cabeza,
ella,
de rodillas,
apoyada sobre la cama
mientras el cerdo de turno
le perfora el culo,
y ella
con toda la calma del mundo,
se pinta las uñas,
rojo sangre,
uñas perfectas,
el cerdo desaparece
y en ese preciso momento
esboza
una sonrisa,
la primera del día
y la última.
Choche, de su blog La inexistencia estomacal
Hace 3 horas