Debo asegurarme
de cerrar bien
el apartamento viejo
que alquilé para ti,
para unos días,
y después también para mí
y para los dos y para más días.
Ya recogí las cosas,
ya hace rato
que cogiste la carretera.
Tomo a sorbos pausados
una cerveza
que he comprado en el bar de abajo
para beberla deambulando,
resacoso y asombrado,
por las habitaciones.
Y ante el espejo con moho del baño
me paro
y en el silencio de la boca
reaparece con recelo
la sonrisa incrédula.
Ahora queda
la revista impredecible
de las fotografías a revelar,
una lata vacía de Cruzcampo
en el lavabo
y sesenta y dos escalones
que bajaré,
despacio y solo,
- tras dos giros exactos en la cerradura -
pensando en cualquier cosa,
en el invierno inevitable,
por ejemplo,
que parece empezar.
Domingo López, Blues
de cerrar bien
el apartamento viejo
que alquilé para ti,
para unos días,
y después también para mí
y para los dos y para más días.
Ya recogí las cosas,
ya hace rato
que cogiste la carretera.
Tomo a sorbos pausados
una cerveza
que he comprado en el bar de abajo
para beberla deambulando,
resacoso y asombrado,
por las habitaciones.
Y ante el espejo con moho del baño
me paro
y en el silencio de la boca
reaparece con recelo
la sonrisa incrédula.
Ahora queda
la revista impredecible
de las fotografías a revelar,
una lata vacía de Cruzcampo
en el lavabo
y sesenta y dos escalones
que bajaré,
despacio y solo,
- tras dos giros exactos en la cerradura -
pensando en cualquier cosa,
en el invierno inevitable,
por ejemplo,
que parece empezar.
Domingo López, Blues