Prólogo de Kutxi Romero para Ajuste de cuentos, de Patxi Irurzun:
EL TRAGASABLES
Bukowski escribió: “Lo que realmente importa es que nada tiene importancia”, y me pareció que sólo él podría llevar el peso de esa afirmación sobre los hombros.
Once años después de leer esa frase, en un bar, alguien la llevaba en volandas, sostenida tan sólo por una sonrisa. Alguien me lo presentó. Me dijo que se llamaba Patxi. Patxi Irurzun. Pensé al mirarle en cuánto me gustaría a mí agarrar por las solapas esa frase y estampársela en la frente a medio mundo. Supe que nunca podría. Esas palabras pesan demasiado para un peón de albañil. Pero esa es otra historia.
Con el tiempo hemos coincidido más veces, no muchas, seis o siete, y os juro por mis muertos que él siempre llevó encima la frase de Bukowski, pero no como un estigma, de eso nada, sin ningún tipo de resignación, la lucía como quien luce un tatuaje en los labios, para que no se oculte ni en verano ni en invierno. Y yo siempre pensaba lo mismo: Este tío o está como un cencerro o tiene los cojones de plomo. Y me daba envidia, porque yo siempre he tenido demasiado de lo primero y demasiado poco de lo segundo. He llegado a la conclusión de que él tiene mucho de las dos cosas, de que unta su pluma en la sangre que se derrama de las puñaladas que da la vida y así le ajusta cuentas, como diciendo: Ya hemos visto mi sangre, ahora vamos a ver la tuya, so hijaputa.