La colina solía reestrenarse cuando yo era un crío. Me fascinaba. Ayer volví a verla y no ha perdido su fuerza. Es un filme áspero, cargado de tensión, en B/N, en el que nos desvelan el día a día de un campo inglés de prisioneros militares (desertores, en su mayoría). Una de las disciplinas más duras consiste en obligar a los presos a subir y bajar una colina, al sol de África, con mochilas y sacos encima, una y otra y otra vez. Muchos de ellos acaban locos por el calor y el esfuerzo. El personaje al que encarna Sean Connery no está dispuesto a dejarse doblegar sin consecuencias para todos. El director es Sidney Lumet y esta es una de sus películas más rabiosas, más perfectas: desde el comienzo hasta el final no hay un minuto de respiro y Connery y Harry Andrews están gloriosos. Sin duda influyó en otras obras posteriores: La chaqueta metálica, Oficial y caballero... Pero ninguna es tan extrema como The Hill.
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