El día en que cumple 42 años, Antoine (Albert Dupontel) decide arrojarlo todo por la borda: abandona su puesto de trabajo, humilla a su mujer (Marie-Josée Croze) y a sus hijos, insulta y desprecia a sus amigos y decide romper con su vida, cambiándola por una rara libertad. El director, Jean Becker, nos hurta un par de secuencias al principio, que aclaran el secreto que esconde Antoine para comportarse así. Sólo lo sabremos al final, en que la película da un giro. Mientras tanto, el espectador se deja arrastrar por el huracán que encarna el protagonista, que incomoda y escupe la verdad, que siempre duele. Y se hace algunas preguntas: ¿Por qué comportarse así cuando lo tienes todo? O, ¿por qué no hacerlo de una vez?
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