He alcanzado a comprender que la vida en cualquier ciudad es siempre más de lo mismo. París, Nueva York, Hollywood, Londres. Ves a la misma gente y entras en la rutina. Los restaurantes, los despachos, las habitaciones de los hoteles..., esos cócteles en los que no se oyen más que tonterías y en los que se te va el tiempo en perseguir a alguna dama. Es un ciclo eterno en el que uno desea cosas, las consigue y desea siempre algo más..., hasta que acabas por descubrir que la vida mundana es un tremendo y soberano aburrimiento.
Peter Viertel, Cazador blanco, corazón negro