Jack Ketchum es autor de una de las novelas más salvajes y macabras que he leído nunca: La chica de al lado. La he recomendado varias veces, así que no volveré a repetirme. Ketchum es muy respetado y leído en USA, pero en España apenas es conocido. Hasta ahora, sólo se había publicado el título anterior. La otra tarde, por casualidad, topé en una librería con la traducción de The Crossings, recién editada en España, considerada por Stephen King como la mejor obra de este autor y bautizada aquí como Al otro lado del río.
Es una novela muy breve, de 108 páginas. Breve y contundente. Es un western. Pero no al uso, gracias a sus toques macabros y salvajes, propios de este escritor especializado en el género de horror. Su lectura me ha recordado a Meridiano de sangre, una de las obras maestras de Cormac McCarthy, por sus personajes crueles y su ración de gore, aquí en pequeñas pinceladas: asesinatos, violaciones, torturas y tiroteos. No está nada mal. Un fragmento:
Yacía sobre su espalda, con las piernas abiertas, desnuda desde la camisola hacia abajo. El que Elena llamaba Fredo estaba encima de ella con las rodillas apoyadas en sus antebrazos a la altura de los codos. Con las manos le sostenía la cabeza levantada -lo que debía ser muy doloroso para sus brazos, los músculos de su cuello y de su espalda- y se la movía rítimicamente hacia arriba y hacia abajo en dirección a su cadera desnuda y colgante. El indio Gustavo le sostenía las piernas abiertas por los tobillos, mientras el tercer hombre -un americano, a juzgar por su fino y largo pelo enmarañado- estaba arrodillado a un costado.