Si van a Madrid de visita, o si viven en dicha ciudad y gustan de frecuentar las librerías a la caza de novedades y de títulos difíciles de encontrar, quizá esta pequeña guía les sirva de algo. A mí me sirve de mucho, dado que son los lugares donde suelo surtirme de libros. Para las novedades de primer orden, léase libros de las grandes editoriales, acudo primero a la cuarta planta de Fnac. Si tal título sale en determinada fecha, lo más seguro es que en Fnac cumplan y lo tengan; o, como mucho, puede que se retrase un día porque lo están catalogando. Por ejemplo, la reedición de “Elogiemos ahora a hombres famosos”, de James Agee y Walker Evans en Planeta. He comprobado que las grandes editoriales sirven primero sus pedidos a Fnac y dos edificios que quedan cerca: la sucursal de La Casa del Libro en Gran Vía y el edificio de El Corte Inglés de Sol. Voy a La Casa del Libro cuando sé que en Fnac no venden títulos de ciertas editoriales minoritarias. Por ejemplo, para pillar la antología “La diferencia entre Pepsi y Coca-Cola”. En El Corte Inglés entro cuando quiero comprar algo en bolsillo, pues gozan de un amplio catálogo, y también cuando se han agotado en otros sitios las existencias de un título de una editorial grande. Siempre les queda un ejemplar escondido por ahí. Por ejemplo, “Pozo”, de Matthew McIntosh, o “Los autonautas de la cosmopista”, de Julio Cortázar, que son difíciles de encontrar.
De regreso a casa, a veces me desvío por la Calle Mayor para ir a la Librería Méndez, con poco surtido, pero de mucha calidad. Es célebre por ser la librería de cabecera de Javier Marías. Se pueden encontrar novedades y rarezas, y me inclino por estas últimas. Recuerdo haber comprado allí la reedición de “Vida de Samuel Johnson”, de James Boswell, cuando aún no se había convertido en una especie de best-seller para minorías. Antes de bajar a Lavapiés, recomiendo la Librería Iberoamericana de Huertas. Ideal para localizar libros de países de habla hispana del otro lado del charco, que no se venden en ningún otro sitio. Por ejemplo, los de Andrés Caicedo, de los que ya hablé. Cerca de casa disfruto de unas cuantas librerías muy recomendables. Entre la Plaza de Lavapiés y el entorno del Rastro hay dos muy buenas: la que yo llamo Librería China Sin Nombre y Traficantes de Sueños. A la primera voy cuando me interesa buscar algo relacionado con la literatura asiática o cuando busco libros antiguos de Anagrama o escritos por cantantes. Allí conseguí “Domingos locos”, por ejemplo, que es una crónica sobre Scott Fitzgerald en Hollywood. O los libros que agrupan las letras de The Beatles en inglés y en castellano. Etcétera. En la segunda tropezamos con obras comprometidas, revolucionarias, de crítica al sistema. Buena selección de poesía. Siempre tienen ejemplares de los libros de Baile del Sol.
Si uno cambia de rumbo y se dirige desde Lavapiés a Atocha, hay dos posibilidades: La Libre, donde encuentro libros relacionados con el barrio y saldos y donde a veces hay hallazgos inesperados, como un poemario de Milan Richter, o una amplia selección de títulos raros de John Berger. En la Librería Central del Reina Sofía puedo pasar horas. Hay novedades, pero me fijo mucho en los libros de importación, difíciles de encontrar en otros sitios, como alguna obra de Eusebio Ruvalcaba; obras teatrales, libros en inglés y rarezas de Georges Perec, e incluso poemarios que ya no se ven por ahí. Finalmente, queda cerca de este último edificio la Cuesta Moyano. A veces topo con maravillas que valen entre uno y tres euros. Hay algunas otras a las que acudo con menos asiduidad. Si les place, apunten y busquen.