La Niebla parió siete cachorrillos.
Siete.
Yo también tenía siete
años.
Mi abuelo los metió en un saco de lona,
a los siete,
recién nacidos.
Cogió el camino del río.
Le seguí.
Antes de llegar al puente romano
se agachó en la orilla del río y echó,
dentro del saco,
siete piedras grandes,
siete,
junto a los siete cachorros.
Siete
Subió al puente
y arrojó el saco al agua.
Aún hoy no entiendo
la paliza que me dio
cuando,
desde debajo del puente
le grité,
no sé si siete
o setecientas veces,
hijo
de perra.
Kutxi Romero, Vida de perros. Poemas perrunos
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