El triste sentimiento de partir
de una estación
para no ir a ningún sitio,
la maleta medio vacía
y poco dinero en los bolsillos,
caras grotescas que te catalogan
desde el autobús,
la gitana que te aborda,
el niño que te observa
y el vacío helado
de las líneas blancas de la carretera
hasta llegar a casa
para tumbarte en la cama
a ver morir el tiempo.
O el vago malestar
que genera tarde o temprano
la impaciencia de proyectos
que jamás logran cumplirse.
Vicente Muñoz Álvarez, Canciones de la gran deriva
Hace 12 horas