Se publica en España el único poemario de Siri Hustvedt, escritora casada con Paul Auster. En edición bilingüe, como suele editar Bartleby, con traducción de Julia Piera y Chiara Merino y prólogo de Eduardo Lago. En Leer para ti hallamos textos intimistas, en los que la autora recuerda su infancia en Noruega y en Norteamérica a través de cartas y fotografías. Vecinas con maridos que las pegaban, abuelas de larga melena blanca, lugares remotos, una carta abandonada en un taxi, baúles llenos de cuadernos infantiles... Pero mejor que se exprese ella, así que cuelgo un fragmento de estos poemas, la mayoría en prosa:
Durante la enfermedad la gente se encoge como si estuviera mucho más lejos de nosotros. Hay distancia en el morir para aquellos que enferman o se vuelven tristes o sólo envejecen. Se van separando lentamente de la tierra, de esa parte en la que han vivido, y podemos ver su rendición al silencio. Otros mueren inmediatamente, arrancados en sólo un instante por una ventana, en un accidente. Te veo venir, lejos, por la calle, el inicio de otra historia a la que he conferido un final feliz. Ya nadie cree en lo invisible excepto por aquí, con el sol brutal y los grillos. Aquí saben que los fantasmas merodean por los edificios y los dejan caminar y seguri con sus asuntos. De vez en cuando hay un ruido que cambia las cosas. Martha viene a casa de sus padres en su Ford del año cincuenta y seis con los niños y cajas de cartón en el asiento trasero. Él viene el día siguiente, gritando, para recoger el coche pero no le dejan entrar, pasar del umbral, y ella le tira las llaves desde la ventana del segundo piso y él se va, para siempre, dicen, para siempre. Nadie entiende por qué se casó con él. Puede que ella no se conociera a sí misma. (...)