viernes, julio 07, 2006

Libro: Los muertos y los vivos, de Sharon Olds


El año pasado, Sharon Olds escribió una carta a un periódico, en la cual rechazaba la invitación de Laura Bush a participar en el Festival Nacional del Libro y en la correspondiente cena con los peces gordos de la política. "El banquete de la vergüenza no es lugar para poetas", escribió, para demostrar su desacuerdo con la invasión de Irak. Sólo por ese gesto y esa carta Olds merece ser leída. No se trata de una pose. Basta con leer el libro que aquí nos ocupa: descarnado y lleno de metáforas, es un canto al ciclo de la vida, pero también un ajuste de cuentas con el pasado. Aquí, una muestra.

Se divide en varias partes. La primera atañe a los muertos, que la autora separa en muertos públicos (niños y mujeres víctimas de guerras y otras atrocidades, torturados por las dictaduras, etc) y privados (sus abuelos, su padre, aquella amiga de la infancia); hay mucha crudeza y algún rencor contra los opresores, entre los que se cuentan su padre y su abuelo, que no debieron tratarla muy bien. La segunda corresponde a los vivos y se divide en tres: la familia, los hombres y los niños. A medida que avanzamos, la autora va suavizando sus cuchillos; de tal manera que la última parte es lírica pura, una especie de altar para sus hijos. Un libro que empieza con rabia y dolor y muerte y acaba con esperanza y alegría y vida. Ya estoy deseando leer otro volumen de la autora, El padre, que compré hace poco. Por cierto, las ediciones son biblingües, lo cual se agradece mucho. (Llegué a este libro mediante la recomendación de David. Gracias, una vez más).