Los hermanos Coen ya están rodando su nueva película, con Javier Bardem al frente de un espectacular reparto que incluye a Tommy Lee Jones, Woody Harrelson y Josh Brolin (si eras un adolescente en los años ochenta sabrás que Brolin fue uno de los protagonistas de “Los Goonies”; si no lo eras, recordarás a su padre, James Brolin). Se trata de “No Country for Old Men”, adaptación de la última novela de ese extraordinario escritor llamado Cormac McCarthy, una especie de William Faulkner moderno, pero cruzado con la violencia que imprimía Sam Pechinpah a sus películas. Es una de las novelas cuya traducción al castellano con más ansia espero, y que creo que ha pasado un año desde que la publicaron en los Estados Unidos. Hasta tal punto que todas las semanas repaso las novedades literarias en busca de la noticia de la aparición de esta novela. Supongo, no obstante, que no tardarán mucho en publicarla (que sea llevada al cine garantiza su traducción y comercialización). La obra de McCarthy en España la publicaron las editoriales Debate, Seix Barral y Mondadori. En los últimos años han reeditado algunas de sus historias en bolsillo.
He leído tres o cuatro de sus libros, y tengo algunos más en casa. Las primeras páginas de “Unos caballos muy lindos” (así titularon la primera edición de este libro, pero tras estrenarse la película volvieron a cambiarle el título: ahora se conoce por “Todos los hermosos caballos”), las primeras páginas, decía, son algo pesadas, narrándonos su autor la cabalgada eterna de dos cowboys por los yermos paisajes del Oeste. Prefiero recomendar la que está considerada como su mejor obra, y prometo que su lectura a nadie aburrirá. Me refiero a “Meridiano de sangre”. Una reciente encuesta del New York Times la eligió como una de las mejores novelas norteamericanas de los últimos veinticinco años. Me parece que hace años escribí sobre ella, no sé si en este periódico o en alguna revista digital. Compré mi ejemplar en el quiosco de La Farola, en Zamora. Había estado expuesto en el escaparate durante meses, de tal manera que el sol había curtido la portada blanca de Editorial Debate, y ya amarilleaba. Como si fuese un libro que nadie quería, de un autor que nadie conocía, y a mí ambos suelen darme pena, el libro que no encuentra lectores y el autor ignorado. En alguna revista leí que “Meridiano…” contaba una historia desgarradora, sangrienta, un gore literario, un cruce entre Peckinpah y Faulkner. Y la compré, claro. No la había visto en ninguna parte, salvo en el escaparate del quiosco. Cuando le pedí el libro, su dueño, honrado, quiso persuadirme de que no lo comprara: no quería vender un ejemplar devorado por el sol, pero no le quedaban más y preferí llevármelo. Advierto que es una obra para estómagos duros: la descripción de las continuas matanzas de hombres, mujeres, ancianos, niños y animales no es agradable, pero la obra merece la pena.
Supongo que si la adaptación de “No Country…” es buena y hace taquilla se revalorizará el nombre de McCarthy. Pudo suceder con la película de los caballos, pero no tuvo éxito. Supongo que si eso ocurre, y es de esperar que ocurra, el viejo y raro Cormac empezará a vender sus libros como churros, en España. Dicen de él que fue vagabundo en su mocedad, que es un hombre enigmático y se niega a conceder entrevistas. La combinación de los diálogos de McCarthy, la habilidad narrativa de los Coen y el talento de Tommy Lee Jones y Bardem puede ser explosiva. Bardem también será el protagonista de otra adaptación: “El amor en los tiempos del cólera”, de Gabriel García Márquez.