sábado, noviembre 02, 2013

Ángel en fuera de juego, de Zoran Ferić


La paranoia del hombre común es la enfermedad, y la paranoia del político y el artista es la historia. Desde el principio no estaba claro cuál de los tres me sobrevino aquella tarde rojiza y ventosa a comienzos de septiembre de 1996, cuando navegué en barca hasta el monasterio de Santa Eufemia para volver a ver los cuadros de Ambrozije Testen, muerto desde hacía ya diez años. Fray Marijan, el hombre encargado de conservar el legado de Testen, me recibió sentado a una mesa de piedra bajo una pérgola, desde donde se extendía la vista a toda la bahía de Santa Eufemia y a los restos del campo de concentración italiano.
[Del relato “Forma amorfa”]

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A la edad de trece años, número infeliz en una infancia feliz, cuando Dios hace las promesas más intensas de la vida, me di cuenta de que tenía la polla pequeña. Este conocimiento no surgió de pronto, como un relámpago o una explosión, sino paulatinamente, como una enfermedad crónica.
[Del relato “Blues para la señora con manchas rojas”]

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Por suerte, el mundo está hecho de tal manera que hasta el olor de la mierda de perro es capaz de evocar recuerdos bonitos.
[Del relato “La caricia de un ángel”]

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Llegué a la isla en un momento imprevisto para llorar una muerte inesperada y asistir a un funeral infantil. Hasta compré una corona (intento frustrado de ponerle un marco de flores al vacío) y con esa corona al hombro, como con una cruz, subí por el sendero de piedra hasta el cementerio en la cima de la colina. Había fallecido la hija de un amigo. Su ataúd era pequeño y blanco, no mucho más grande que la caja de un termo de agua caliente, y sobre el pequeño féretro blanco descansaba una corona de rosas blancas con cinta blanca y letras doradas: PARA MIRNA DE MAMÁ Y PAPÁ. Del ataúd blanco sobresalía el encaje blanco que envolvía, como en el día de su bautizo, a la niña de seis años. A Dios le gusta la ironía y el color no es por casualidad.
[Del relato “Ángel en fuera de juego”]


[Baile del Sol. Traducción de Gloria Blažanović]